jueves, 8 de agosto de 2013

La generacion del 27



Historia de la Generación del 27



La llamada Generación del 27 se dio a conocer en el panorama cultural español alrededor del año 1927, con el homenaje que se dio al poeta Luis de Góngora en el Ateneo de Sevilla, en el que participó la mayoría de los que habitualmente se consideran sus miembros.
La nómina habitual del grupo poético del 27 se limita a diez autores: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, pero hubo también muchos otros escritores, novelistas, ensayistas y dramaturgos, que pertenecen a la Generación del 27, generalmente encabezada por Max Aub a quien le siguen algunos más viejos, como Fernando Villalón, José Moreno Villa o León Felipe, y otros más jóvenes, como Miguel Hernández. Por otra parte algunos otros han sido olvidados por la crítica, como Concha Méndez-Cuesta, poetisa y escritora de teatro, Juan Larrea, Mauricio Bacarisse, Juan José Domenchina, José María Hinojosa, José Bergamín o Juan Gil-Albert. O la conocida como Otra generación del 27, según la denominación que le dio uno de sus integrantes, José López Rubio, la formada por los humoristas discípulos de Ramón Gómez de la Serna, es decir, Enrique Jardiel Poncela, Edgar Neville, Miguel Mihura y Antonio de Lara, «Tono», los escritores que en la posguerra integraron la redacción de La Codorniz... y son solo unos pocos.
Por otra parte no toda la producción literaria del 27 está escrita en castellano; algunos de ellos son autores de textos literariamente estimables en otros idiomas, como Salvador Dalí u Óscar Domínguez, que escribieron en francés, o en inglés, como Felipe Alfau, y algunos escritores y artistas extranjeros tuvieron también mucho que ver en esta estética, como Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Jorge Luis Borges o Francis Picabia.
Es más, también es preciso deshacer la idea de que la Generación del 27 fue un fenómeno exclusivamente madrileño, como una crítica demasiado localista (y localizada) parece empeñarse en señalar, sino una constelación de núcleos creativos repartidos a lo largo de toda la geografía nacional y estrechamente entrelazados. Los más importantes se concentraron en Sevilla (en torno a la revista Mediodía), Canarias (en torno a la Gaceta de Arte) y en Málaga (en torno a la revista Litoral); sin descontar otros muchos de menor afiliación pero de no menor importancia en Galicia, Cataluña y Valladolid.
Del mismo modo, se suele olvidar que algunos miembros del grupo cultivaron otras ramas del arte, como Luis Buñuel, cineasta, K-Hito, caricaturista y animador, Salvador Dalí y los pintores surrealistas, Maruja Mallo, pintora y escultora, Benjamín Palencia, Gregorio Prieto, Manuel Ángeles Ortiz, Ramón Gaya y Gabriel García Maroto, pintores, Ignacio Sánchez Mejías, torero, o Rodolfo Halffter y Jesús Bal y Gay, compositores y musicólogo éste último también, pertenecientes al Grupo de los ocho, que se suele identificar en música como el correlato a la literaria Generación del 27 y estaba integrado por el citado Bal y Gay, los Halffter, Ernesto y Rodolfo, Juan José Mantecón, Julián Bautista, Fernando Remacha, Rosa García Ascot, Salvador Bacarisse y Gustavo Pittaluga, sin olvidar a otros músicos más o menos marginales como Gustavo Durán. En Cataluña está el llamado grupo catalán, que hizo su presentación en 1931 bajo el nombre de Grupo de Artistas Catalanes Independientes integrado por Roberto Gerhard, Baltasar Samper, Manuel Blancafort, Ricardo Lamote de Grignon, Eduardo Toldrá y Federico Mompou.
Podrían añadirse también los componentes de la llamada Generación del 25 de arquitectos (que otros han propuesto llamar también generación del 27, para unirla a ésta), de la que formaban parte Agustín Aguirre, Teodoro de Anasagasti, Carlos Arniches Moltó, José de Aspiroz, Rafael Bergamín (hermano de José), Luis Blanco Soler, José Borobio, Martín Domínguez, Fernando García Mercadal, Luis Gutiérrez Soto, Casto Fernández Shaw, Manuel Muñoz Casayús, Luis Lacasa, Miguel de los Santos, Manuel Sánchez Arcas y Ramón Durán Reynals.
Revistas
Su documento de entrada en la tradición literaria fue sin duda la primera edición de la Antología preparada por Gerardo Diego en 1932. Por otra parte, se hicieron notar publicando en revistas como La Gaceta Literaria dirigida por Ernesto Giménez Caballero, en Cruz y Raya (1933), dirigida por José Bergamín, en Litoral, impresa por Manuel Altolaguirre y Emilio Prados en Málaga desde 1926; Carmen, creada en Santander (1927) por Gerardo Diego y con un suplemento festivo, Lola; en el Suplemento Literario del diario murciano La Verdad (1923–1926), que mantenían su redactor José Ballester Nicolás y Juan Guerrero Ruiz, y que después pasó a ser revista Verso y prosa (1927), dirigida por Juan Guerrero Ruiz y Jorge Guillén; Mediodía (Sevilla); Meseta, de Valladolid; en Revista de Occidente, cuya editorial imprime varios libros del grupo; en Caballo verde para la poesía (1935), dirigida por Pablo Neruda, y en Octubre, dirigida por Rafael Alberti.




La generación del 27: características comunes 
 
Homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla.

En la década de los veinte surge en España un grupo de poetas unidos por lazos de amistad que muestran intereses literarios y estéticos afines. Se trata de la generación del 27, de la que forman parte, entre otros, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego y Vicente Aleixandre. Según algunos críticos, también pertenecen a esta generación poetas como Dámaso Alonso, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. La fecha de 1927 hace referencia a la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora. Todos ellos dedicaron al poeta cordobés ensayos, libros, ediciones críticas, etc. Entre estos actos cobra especial importancia el homenaje realizado en el Ateneo de Sevilla, en el que estuvieron presentes la mayoría de ellos.

La vida del grupo se desarrolla fundamentalmente en Madrid en torno a diversos lugares, especialmente la Residencia de Estudiantes, y alrededor de la publicación de revistas y antologías, como la compuesta por Gerardo Diego en 1932.

Aunque estos autores siguieron trayectorias personales diferentes, todos ellos compartieron la voluntad de integrar vanguardia y tradición. Así, el denominador estético común del grupo es la tendencia al equilibrio, que se observa en distintos aspectos:
  • Poesía pura y sentimiento. La poesía pura se conjuga con un afán de transmitir la experiencia personal. El 27 persigue la perfección formal y la eliminación de lo accesorio, pero como un medio para expresar lo humano.
  • Atención a la poesía española y a las influencias extranjeras. Muchos admiran a Paul Valéry y a otros poetas franceses, como Baudelaire; también centran su atención en diversos autores hispanoamericanos, como es el caso de César Vallejo o Pablo Neruda.
  • Conjugación de tradición y renovación. Esta generación recibe influencias de la literatura de épocas pasadas, pero también de la que se desarrolla en ese momento. Admiraron a autores de las generaciones inmediatamente anteriores (a Juan Ramón Jiménez o a Gómez de la Serna) y también a los clásicos, como Garcilaso, San Juan, fray Luis, Lope, Quevedo o Góngora. Algunos movimientos vanguardistas, como el ultraísmo y el creacionismo, dejan también huellas en algunos poetas y, de un modo más especial, cala en ellos el surrealismo.
  • Entre las estructuras métricas clásicas y el verso libre. Los poetas no conciben la estrofa como una obligación formal, sino como una opción más dentro de la libertad poética. Los poetas del 27 emplearon el verso libre y los esquemas métricos más rigurosos (el soneto, la lira, etc.).
  • Entre las formas populares y las cultas. Su poesía manifiesta un interés por formas populares (como el Romancero o el cancionero tradicional) y por las cultas. Las primeras están especialmente presentes en la obra de Lorca, Alberti, Dámaso Alonso y Gerardo Diego.
 
 
Trayectoria literaria del grupo
La trayectoria de estos poetas presenta, en general, algunos puntos comunes. Sin embargo, hay que señalar que algunos poetas, por ejemplo Guillén, no experimentan un cambio poético fuerte. Teniendo en cuenta esto, se pueden distinguir los siguientes pasos en su trayectoria común:
 
Entre la poesía pura y las primeras vanguardias
En una primera etapa, que se prolongará hasta aproximadamente 1928, se muestran interesados por la poesía depurada de Juan Ramón Jiménez, al que todos consideraron su maestro. Este período coincide también con la gran admiración que sentían por Góngora, cuya obra encaja con sus ideales de precisión lingüística y perfección técnica. Pero los poetas del 27 tienden a poner límites a este ideal de pureza, como decía Guillén: «poesía pura, ma non troppo» («poesía pura, pero no demasiado»). La poesía no puede ser tan intelectual que se aleje de las inquietudes humanas. Esta tendencia a no perder el contacto con los sentimientos se refleja en el interés que suscitó en ellos lo popular, especialmente en Lorca y en Alberti. En este momento se percibe el gusto de estos autores por la metáfora como medio de expresión, que habían apreciado no solo en la obra de Góngora, sino también en la de Ramón Gómez de la Serna.
 
La influencia del surrealismo y la rehumanización de la lírica
A partir de 1928, aproximadamente, los ideales de la poesía pura y la admiración por Góngora comienzan a debilitarse. La poesía del 27 experimenta una serie de cambios que estarán claramente presentes en los años treinta, cuando la lírica está marcada por una fuerte necesidad de comunicación.
 La influencia que estaba ejerciendo el surrealismo y su revalorización del subconsciente y de la intuición fue un paso fundamental en el camino hacia la rehumanización de la poesía. El interés que despertó esta vanguardia supuso un cierto alejamiento de los preceptos de la poesía desnuda. La mayoría de los poetas, sin embargo, evitaron identificarse con este movimiento, puesto que no aceptaban un arte totalmente desligado de la conciencia. Sin embargo, el surrealismo les aportó nuevas técnicas y renovó su lenguaje: es el caso de Alberti, Lorca, Cernuda o Aleixandre.
La rehumanización se produce verdaderamente en la década de los años treinta. En este momento, la poesía acoge los sentimientos personales y atiende a los problemas de su tiempo (que desencadenarán la Guerra Civil). En este proceso de rehumanización y politización de la poesía no puede olvidarse la influencia que tuvo la llegada en 1935 de Neruda, que funda Caballo Verde para la Poesía y que apoya una nueva poesía humana y apasionada.
 
La Guerra Civil y la dispersión del grupo
Ante la llegada de la guerra, todos los poetas del 27, salvo Gerardo Diego, se declaran republicanos. El conflicto se convierte en el tema central de la poesía. El fin de la Guerra Civil supone la dispersión del grupo del 27: Lorca había muerto, y el resto, salvo Aleixandre, Gerardo Diego y Dámaso Alonso, marcha al exilio. Dámaso Alonso emprende verdaderamente en esta época su actividad poética con Hijos de la ira y Aleixandre escribe Sombra del paraíso. Ambos constituyen el puente entre esta generación silenciada por el destierro y la siguiente, que se desenvuelve en la España de los años cuarenta.
 
 
Las revistas y la generación del 27

La publicación de diversas revistas fue fundamental para la difusión de la poesía del 27. Entre todas ellas destacan dos en Madrid: la Revista de Occidente (que había sido creada por Ortega) y La Gaceta Literaria. Pero además de estas revistas tuvieron especial importancia Litoral en Málaga, Verso y Prosa de Murcia, Mediodía en Sevilla, Meseta en Valladolid, Carmen en Santander, Gallo en Granada, etc. Adquirió un significado esencial en la evolución estética del grupo Caballo Verde para la Poesía, revista dirigida en Madrid por Pablo Neruda.  Fuente
 
 
 
 
 
 
 
 
Este video relaciona la generación del 27 con el cine.  Es interesante.
 
 
 
 
“El deseo y la realidad. Imágenes y palabras de los poetas del 27″
Cernuda, Lorca, Alberti, Salinas y Guillén, entre otros, aparecen en unas imágenes en movimiento hasta ahora nunca vistas
“El deseo y la realidad. Imágenes y palabras de los poetas del 27″ es un documental que contiene las únicas imágenes filmadas que existen de los escritores de aquella Generación, rodadas en 1928 por Juan Guerrero Ruiz, que constituyen un documento único de la época. Son filmaciones inéditas y fotografías –algunas, también inéditas- reunidas ahora ahora en un vídeo de 61 minutos dirigido por Rafael Zarza y Fernando G. de Canales.
 
 El documental ha sido coordinado por el Instituto Cervantes y coproducido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), bajo la coordinación del Ministerio de Cultura y por Ojomóvil & Asociados S. L. Cuenta con el patrocinio de la Fundación CajaMurcia.
Luis Cernuda, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Manuel Altolaguirre y Fernando Villalón, entre otros, aparecen en unas imágenes en movimiento hasta ahora nunca vistas. También podemos oír las voces originales de Luis Cernuda, de Miguel Hernández o de María Teresa León, quien lee un extracto de Marinero en tierra, de su esposo Rafael Alberti.
En el documental, escritores como Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena, Ignacio Gómez de Liaño y Luis Muñoz dan voz a poemas que escribieron Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Pedro Salinas y Rafael Alberti, respectivamente.
Las imágenes que, ochenta años después, salen a la luz por vez primera vez fueron rodadas por Juan Guerrero Ruiz con una cámara Pathé Baby de 9,5 milímetros. Los 24 rollos de película filmada son probablemente parte de un documental que Guerrero Ruiz (Murcia, 1893 – Madrid, 1955) intentó realizar sobre la Generación del 27, de la que fue uno de sus grandes pilares. Amigo y colaborador de poetas y pintores, fundador de revistas literarias como Índice y Verso y Prosa, Guerrero Ruiz fue “cónsul general de la poesía”, en palabras de Federico García Lorca.
Rafael Zarza, diseñador y cineasta, ha rescatado esas secuencias inéditas en las que podemos ver a buena parte de los entonces muy jóvenes poetas del 27. Ese material inédito, sometido a un largo y complicado proceso de restauración por parte de la Filmoteca Española (donde lo depositó en 1979), es la base para el documental, con idea y argumento original de Rafael Zarza. Este es, también, director y guionista junto con Fernando G. de Canales.
Las imágenes en movimiento -destacan las de Lorca en Buenos Aires y las entrevistas realizadas a Neruda, Alberti y Guillén- se complementan con fotografías (algunas, también inéditas) en las que podemos ver diferentes momentos de la vida de García Lorca, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda y José Bergamín.
El vídeo incluye además poemas de Juan Ramón (recitados por Luis Alberto de Cuenca), de Cernuda (leídos por Villena), de Salinas (por Gómez de Liaño), de Jorge Guillén (por Ignacio Merino), de Alberti (por Luis Muñoz), de Lorca, Gerardo Diego, Altolaguirre, Dámaso, Bergamín, Aleixandre, Neruda, Miguel Hernández y Fernando Villalón. La música original es de Iván Guerrero.
El título del documental -El deseo y la realidad- está inspirado en el célebre libro recopilatorio de la poesía de Luis Cernuda La realidad y el deseo. Tiene dos partes: en la primera (años 1927 y 1928) se refleja “el deseo” vital de aquellos jóvenes poetas; en la segunda parte (años 1929 a 1936) se plasma “la realidad” en la que discurrirán sus vidas.
En 1983, un ya anciano Jorge Guillén vio en su domicilio malagueño una copia en vídeo de las películas de Juan Guerrero contenidas en el documental. Días después escribió el poema “Misterioso”, el último antes de morir, referido a esas imágenes y que comienza así: “Pasa el vídeo misterioso / vuelve el pasado en movimiento, / y el instante insignificante / llega enseguida a conmovernos.”
El Deseo y la Realidad from IRALTA FILMS on Vimeo.
El Instituto Cervantes enviará el vídeo a sus más de 70 centros en el mundo, donde lo exhibirán durante todo el próximo año y servirá de base para debates literarios y otras actividades culturales.
El próximo mes de noviembre, el documental podrá verse en la Residencia de Estudiantes (Madrid) en el marco de la exposición ¿Aquel momento ya es una leyenda? Ochenta años del 27 (1927-2007) que organizan la SECC, la Residencia de Estudiantes y la Junta de Andalucía.
Hacer click en la imagen para ampliar 

 

1 comentario:

  1. Me parece de singular importancia, para valorar mucho mejor la importancia de la generación del 27 y la producción de Pedro Salinas, leer, escuchar y ver este material.
    l
    La búsqueda de Gustavo, como siempre, nos allana el camino y nos hace más placentera la futura lectura. Imperdible.
    Cecilia

    ResponderEliminar